Después de años acompañando a personas con historias de vida complejas, aprendí que la terapia no va de aplicar técnicas sin más, sino de comprender todo lo que hay detrás de lo que hoy duele. Por eso, mi forma de trabajar se adapta a ti, a tu historia, y al momento en el que estás.

Lo que hace único mi enfoque es la mirada integradora: profunda, flexible y consciente. Combino diferentes enfoques para abordar lo cognitivo, lo emocional y lo relacional, con especial atención al trauma y al apego. Utilizo herramientas como EMDR para llegar allí donde las palabras no siempre pueden.

En sesión construimos un espacio cálido, respetuoso y sin juicio. Porque el cambio se potencia cuando te sientes visto, escuchado y acompañado desde una mirada comprensiva y compasiva que te ayude a encontrar otra manera de ver y afrontar tu vida.